Victoria agónica pero merecida del Pradejón ante un Arnedo trabajador

23 de Marzo de 2016

El espirítu de lucha de los locales dio sus frutos, aunque hubiese que esperar al último minuto

Diario La Rioja- F. Domínguez

En ocasiones en el fútbol la justicia existe. Ayer en Pradejón así fue, aunque para ello fuese necesario esperar hasta el último aliento del encuentro, cuando Iker ejecutó una peligrosa falta al borde del área, con el balón situado casi enfrente del poste izquierdo del meta arnedano Pablo. Era el último cartucho de los locales y lo aprovecharon.

Con su pierna buena, la izquierda, y con una enorme habilidad, el delantero centro pradejonero chutó raso y bordeando a la barrera para que el cuero entrase pegado a la cepa del poste derecho del meta, con lo que Pablo, a pesar de la estirada, nada pudo hacer por evitar el segundo y definitivo gol de los locales que les daba los tres puntos y que les aleja del peligro del descenso.

La primera mitad del encuentro estuvo bastante igualada, con dominio alterno proveniente en el caso local de su actitud atacante y en el de los arnedanos del aprovechamiento de los contragolpes. No obstante, las ocasiones claras brillaron por su ausencia, a excepción de los goles.

Se adelantaron los de Izquierdo Laya por medio de Aitor en el minuto 35, cuando con la zurda soltó un disparo desde fuera del área que se coló por la escuadra derecha que defendía Sergio. La réplica no se hizo esperar. Dos minutos más tarde Salah remataba de cabeza a la red evitando la salida del meta arnedano, en un balón filtrado por encima de la defensa desde la medular.

La segunda parte fue otra cosa. Desde el pitido inicial se vio que los verdiblancos salían a por el partido y dominaron, a base de garra, esfuerzo y anticipación, a los ayer de negro. Éstos, por su parte, trataban de capear el temporal y lo fiaban todo al contraataque. Los de Izquierdo García tuvieron varias ocasiones para deshacer el empate, sobre todo dos, una de Ibrahim y otra de Cuesta.

Sin embargo, el espíritu de lucha de los pradejoneros dio sus frutos, aunque como ya ha quedado relatado, hubiese que esperar al último minuto.